Nari no podía creer lo que acababa de suceder. Ya había intentado usar esa tarjeta varias veces y nada había cambiado desde entonces. Se puso roja de vergüenza. Hacía poco estaba farfullando y había llamado campesino al gerente, resulta que tenían razón todo el tiempo.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué la tarjeta no funcionaba, había ocurrido algo realmente?
¿Realmente se habían declarado en bancarrota otra vez?
—Miss Nari, ¿está todo bien? Hemos estado intentando la tarjeta durante un rato ya —dijo el Gerente Ma a la chica que aún mantenía su orgullosa actitud. Ella había ordenado una gran cantidad de artículos para regalar a los clientes, artículos que valían millones. La mayoría de ellos ya se habían ido, y algunos habían sido recuperados hasta que se realizara el pago.
Esto sería un gran golpe en la carrera y la imagen de Nari si no tiene el dinero para pagar, después de todos los insultos y alboroto que había causado.