Se escuchó un suave golpe en la puerta y Noah se adelantó para abrirla. Anna subió las sábanas cubriendo su cuerpo perfectamente. Observó al hombre maduro entrar. Debería tener entre sus últimos treinta y principios de cuarenta.
Su largo cabello castaño miel estaba atado hacia atrás con una cinta negra. Vestía un traje marrón, sosteniendo una gran bolsa marrón que hacía juego con sus zapatos marrones. A Anna le resultaba horrible su gusto por la moda, pero qué podía esperar de una persona común. Él era doctor, no un modelo o fashionista.
Tenía un pequeño bigote en su rostro.
—Señor Declan —lo saludó con una ligera reverencia.
—Es bueno verlo de nuevo, doctor Eden —saludó Evren. Lurch, quien había guiado al doctor, hizo una reverencia y se alejó, cerrando la puerta detrás de él.
—Gracias. Usted llamó tan temprano, ¿está bien? —preguntó y Noah asintió.