—¿Cómo que no nos queda dinero? —preguntó Janjan a la mujer en el mostrador.
—Señora, no es por mí. La tarjeta dice que hay fondos insuficientes —dijo la cajera. Anna, que estaba allí de pie, suspiró decepcionada. Han estado aquí por casi una semana ahora y han gastado todo el dinero que tenía en esa cuenta.
Janjan fue quien empacó sus maletas y no llevó la tarjeta con suficiente dinero.
—Inténtalo de nuevo, eso no puede ser posible —Janjan le gritó a la mujer para ver cómo, al intentarlo de nuevo, la tarjeta fue rechazada. —Tal vez es una tarjeta falsa o no tienes dinero —dijo la cajera.
—No tienes idea de con quién estás hablando, mujer —Janjan alzó la voz atrayendo las miradas de las demás personas hacia ellas.
—¿Tarjeta falsa? ¿Qué nos consideras, estafadoras? —Ella sonó ofendida por las palabras de la cajera.
—¿Sabes quién es esta persona? —Janjan alardeaba señalando a su mejor amiga y Anna se congeló. —Janjan —ella llamó en voz baja.