—¡Madre! —gritó Nari mientras bajaba corriendo las escaleras. Ayer solo había comido un poco de atún durante todo el día porque no había dinero para comprar comida y aparentemente Anna no había enviado el dinero que prometió. Nari no podía creer que tuviera que pelear con Kate para comer ese atún y hasta este momento, no ha comido nada más.
—¿Qué pasa? —preguntó Kate rascándose la nuca. Durante una semana completa no ha podido bañarse ni cuidar bien de su piel como antes. Las líneas arrugadas en su rostro se hacían cada vez más visibles. Estaba perdiendo su belleza y ya es suficientemente agotador.
—¿Anna envió el dinero a la cuenta? —preguntó Kate.
—¿No habría sido mejor si no enviara nada? El dinero no es suficiente para conseguir ninguna pulsera importante para la fiesta de esta noche. Solo podemos permitirnos comprar algunos comestibles con esto —se quejó Nari mientras se sentaba furiosa en el sofá.