Nicolai entró en el ático. Su mirada se dirigió al sofá, pero cuando no vio a Ariana esperándolo, frunció el ceño instintivamente.
—¿Ya se fue? —Nicolai pensó para sí mismo. Sacó su teléfono y llamó a Ariana. Si todavía estaba en camino, tal vez podría ir a buscarla y traerla de vuelta. De hecho, si ella no le hubiera prohibido buscarla en su apartamento, habría ido a recogerla allí.
Sin embargo, en el segundo en que la llamó, escuchó sonar el teléfono de Ariana. El sonido parecía venir de arriba.
Nicolai levantó la cabeza y alejó el teléfono de su oído para escucharlo claramente y confirmar. El sonido venía, de hecho, de arriba.
—¿Ariana? —Nicolai llamó. Una mueca se instaló en su frente.
¿Por qué Ariana no venía a verlo, si estaba en el ático? Pensó antes de caminar hacia las largas escaleras al final de la sala de estar.