—Por favor, no hagas esto. Ya he pagado por lo que hice. Admito que cometí un error al lastimarte, pero a cambio, nunca le dije a nadie que me arrastraste y secuestraste —dijo ella con voz temblorosa.
Pero, sin importar lo que Ari le dijo, Samuel parecía no escucharla.
Ella empujó su cuerpo hacia atrás mientras Samuel se acercaba a ella —Estás cometiendo un error. Ariel no te dijo que conozco a Nicolai de Luca, ¿verdad? —habló Ari en voz alta mientras seguía empujándose hacia atrás hasta que su espalda golpeó la pared de la habitación—. Si me tocas, te arrepentirás, Samuel. Vendrá por mí, ¡vendrá!—AHH!!!
Samuel la miró fijamente mientras el látigo en su mano atacaba a Ari en el brazo otra vez. Se burló —¿Nicolai de Luca? ¿Qué es eso? ¿Crees que solo por convertirte en su prostituta por una noche, has ganado un lugar en su corazón?
—¿Cómo te atreves a usar el nombre de ese hombre para asustarme?
Ari sacudió la cabeza antes de decir —No es eso. Nicolai, él es mi