Punto de vista de Selene
—¡Noé, por favor! —Enganché mi mano fuertemente a través de los brazos de Noé, algunas personas ya nos miraban y debido a la tensa atmósfera presente, me preocupaba que pudieran empezar a golpearse en cualquier momento. Especialmente Xavier, que se veía agitado. —Cariño —intenté de nuevo y esta vez él me miró. Puse mi palma en su rostro, con una pequeña sonrisa en mi cara—. No vale la pena, vámonos.
Él asintió y besó la parte superior de mi frente antes de tomar mi mano y comenzamos a caminar hacia nuestro coche. Cuando llegamos al coche e íbamos a entrar, el padre de Xavier se nos acercó de repente, con una mirada peligrosa en su cara. Tenía una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
—¡Su Majestad! —comenzó con rigidez—. ¿Puedo acompañarles? Hay algo de suma importancia de lo que debo hablar con usted —dijo.