/Un joven guerrero encapuchado por los grandes vientos de polvo que solían haber por el valle, se encontraba investigando la escena de la gran masacre en uno de los pueblos bajo su protección, era un Eluci, más alto que el común, más fuerte que el común, y más poderoso que dos juntos, su nombre es Zero, un Eluci que nació sin un par.
Zero se encontraba bastante furioso, no solo habían atacado ese pueblo, varios rumores indicaban que eran un gran grupo de carroñeros, una raza que se hacía llamar Canines
+ Aagh... Maldición, solo llegó para ver la estúpida basura... -Decia el Eluci frustrado por no poder proteger a los suyos- Como algo tan grande puede escaparse? Donde se esconden? Quiero matarlos a todos, a todos ellos...
/De pronto escucharía como una flecha era disparada, rápidamente se cubriría con su brazo envuelto con una gruesa banda de cuero, deteniendo el proyectil
+ Eso fue estúpido... Quien quiera que seas, es mejor que salgas de los arbustos o yo mi mismo lo haré, no estoy de humor para bromas de mal gusto -Decia el Eluci gruñendo bastante irritado-
/El intruso levantaría las manos y saldría de su escondite lentamente, Zero logro observar que se trataba de un miembro de los Carmis, aparentemente una de sus hembras guerreras
+ Eres un macho muy ruidoso, eres tan horrible que te confundí con esos aspestosos Canines, jeh -Decia la Carmi muy burlona-
/Zero se acercó gruñendo y apuntando con sus dos hoces a la intrusa, no solo violó la ley de sus fronteras, si no que también había intentado atacarlo, su castigo debería ser cortarle las piernas y que se vaya caminando
+ Grr... Quien eres tu? Mejor dicho, quien demonios eres tú... Carmi? -Rugia el Eluci apuntando al cuello de la intrusa con sus dos hoces-
/La Carmi solo sonrió sin miedo ante el oponente que tenía enfrente, pues desde hace rato que tenía dos flechas apuntando a la entrepierna del contrario
+ Soy la guerrera más fuerte de todas en esta era y las que habrá... Llámame Magnutit
/Ambos se alejarían del otro guardando sus armas, se reconocieron como grandes guerreros y era preferible mantener su integridad que arriesgarse a quedar mal heridos y desprotegidos ante el ataque de sus verdaderos enemigos.
|•Fin del capítulo 2•|