Chereads / El Secretario De Mi Esposa / Chapter 2 - Capitulo 1.

Chapter 2 - Capitulo 1.

4:00 am.

Esa era la hora que marcaba el reloj, esa era mi señal para levantarme, pero para mí, era la hora que más cansancio me daba, no me gustaba trabajar en está empresa inútil, no me gustaba ver a mi esposa de conveniencia, no me gustaba ver a los ancianos de la junta de reuniones de la empresa, en realidad no me gustaba mi vida entera.

No me gustaban las amistades que tenía, no las soportaba y no me gustaban mis propios padres.

Me hubiera gustado mucho nacer en una familia humilde y con buena comunicación, la mía pareciera que salió del mismísimo infierno y yo de casualidad caí del cielo al útero del infierno, o sea fuí el más estúpido de todos los espermatozoides que pudieran haber existido, no se porque hablo mal de los otros espermatozoides, es mi esquizofrenia de todos los días a esta hora.

Quiero despertarme muerto y ya no tener que seguir viviendo está vida de mierda, no tengo nada para aferrarme a esta vida aparte de que tengo las manos atadas a la empresa por mis padres, mi esposa y hasta tengo prohibido morirme, sí, suena exagerado, pero es la verdad, en serio que no puedo morirme sin haber podido llegar al puesto más alto de la empresa de mis padres.

Ah, lo siento, no me he presentado, mi nombre es León Wilson, soy supervisor de la empresa Beauty Industry y próximo ejecutivo de la empresa, mis padres son los dueños y actuales ejecutivos, ustedes dirán que tengo la vida perfecta porque tengo la esposa más hermosa de todo Nueva York, a los padres más estables a mi posición como futuro empresario de esta empresa tan grande, pues la realidad es que no me gusta nada de mi vida como dije anteriormente, si pudiera matarte lo haría sin dudarlo dos veces.

Tengo veinticinco años y hace solamente dos años vivía mi vida en mi propia burbuja, mis padres me obligaron a casarme con Sara Johnson, hija de otra empresa multimillonaria textil, porque según mis padres y ahora suegros decían que era la mayor inversión que podrían hacer y podrían expandir las empresas juntas.

Por mi parte no me gustó para nada la idea de casarme con ella, no es porque estuviera de acuerdo a expandir la empresa, ya la empresa es demasiado grande para seguir expandiendo los productos a todo el mundo, no quería casarme con ella porque soy gay, y mis padres ni siquiera quisieron escucharme o mejor dicho, yo no quería que mis padres me odiaran por ser el hijo enfermo de la familia y llevar la empresa a la ruina.

Ante los ojos de todos, soy el hijo perfecto, el que nunca decepcionaría a sus padres, el que sería fiel a los principios de la sociedad y sería el próximo ejecutivo de la empresa.

Ay mamá y papá, lo siento, tuvieron un hijo inútil que lo único que piensa es caerse de las escaleras y hacer creer a las personas que fue un accidente cuando yo quería caerme de las escaleras.

Cómo sea, ya estoy hablando demasiado, debo de levantarme temprano, para no tener que escuchar las quejas de mi querida y amada esposa, nótese el sarcasmo.

Lo primero que hago es la misma rutina que todos los días, mi vida es tan aburrida que hasta una mosca debe divertirse más chupando la sangre de las personas.

Me metí al baño, obviamente encendí las luces porque el inútil de mí se cayó hace dos días por no entender las luces y por casi me mató, ahora que lo pienso, debí de haberme quedado muerto ahí mismo, pero parece que Dios todavía no me quiere en el más allá... ¿Y el diablo me querrá en el infierno?

Da igual, el cielo y el infierno no me importa a dónde ir, lo único que quiero es morir y traspasar está vida de mierda.

Me ví al espejo y pude notar las ojeras debajo de mis ojos, eran como dos bolsas de basura, mi cabello negro se estaba poniendo blanco, para tener veinticinco años ya parezco uno de esos ancianos del equipo de trabajo de mis padres, tengo que volver a pintarme el cabello, a este ritmo creó que voy a tener el cabello blanco o calvo, pero como mis padres no van a soportar ver a su hijo de pelo blanco ni calvo, mejor me voy consiguiendo una peluca cuando se me caiga por completo.

Estoy cansado, me siento enfermo y sin ganas de vivir más, quiero terminar toda esta mierda, y morir de una buena vez.

Hasta mi hermano mayor tiene mejor aspecto que yo y eso que es quince años mayor que yo, no parece que odia su trabajo, y aunque nunca me ha mostrado a sus parejas, creó que es feliz.

Yo también quiero ser feliz por un momento aunque sea, pero con la vida que llevo me es imposible ser feliz, lo único que puedo ser es infeliz y con ganas de morir al cien por ciento.

Diablos.

Se me está haciendo tarde, tengo que apurarme, Sara no es de la que toleran las impuntualidades y como somos la pareja perfecta, no se puede ver qué nos llevemos mal porque eso bajaría los followers en redes sociales y nuestra relación es lo que mantiene estables nuestras empresas.

Lo bueno de toda mi vida, es que soy un buen actor, hasta a mi me sorprende lo mucho que fingo amar a Sara, ni a mí mismo me amó como para amar a Sara que es el mismísimo diablo.

— Señor Wilson, la señorita Sara lo está esperando.— Me dice el mayordomo de la casa con un tono profesional, aunque de todas las personas que están en esta mansión, es la que más confianza le tengo, es como mi segundo padre, solo él sabe que a mí no me gusta Sara y que sabe cuál es mi sexualidad.

— Voy enseguida.— Le digo con un tono cansado y creó que se dió cuenta que estaba cansado de todo esto, me conoce más que mis propios padres.

— Tal vez debería de empezar a salir con otras personas, señor Wilson, así puede despejar su mente por un rato, no es sano que esté con una persona que no ama.— Me dice John, el mayordomo, era un hombre muy mayor, ha trabajado con nosotros después de los cinco años de mi hermano, y ha sido un gran mayordomo en estos últimos años, tanto que los dos lo queremos muchísimo, no se que haría sin John, es una de las personas que más quiero y que no quiero que sufra, pero desde que Sara se mudo a nuestra mansión, todo mundo le tiene miedo, hasta yo que soy su esposo.

— Tal vez no, John, no puedo poner en riesgo la empresa, la empresa depende de la relación de Sara y yo, si la gente ve que le estoy siendo infiel a Sara es seguro que las personas que siguen las dos empresas vayan disminuyendo y las personas que estén implicadas en una relación conmigo pueden salir lastimadas, mejor estoy así, así no estoy en el foco de atención de mis padres y tampoco me veo en una relación con un hombre, así que dejémoslo ahí, ¿Si?.— Le digo con una sonrisa muy fingida, no amo a Sara, y jamás podré amarla, ella tampoco me quiere, así que estoy bien, aparte de eso, me da miedo que las personas no vayan a aceptarme por quién soy y por consecuencia terminen por abandonarme.— Pero gracias por apoyarme John, no te preocupes por mí.

— Señor Wilson, hablo en serio, usted se va a enfermar sí sigue así, por favor tome mí consejo y viva su vida, me preocupa que usted no pueda disfrutar de su sexualidad.— John tiene razón, me estoy envejeciendo muy rápido, y no me está gustando nada lo que está pasando.

— Tranquilo John, está bien, voy a tomar tu consejo, pero déjame irme, Sara se enoja mucho sí no llego a tiempo, ¿Si?.— Lo siento mucho John, no puedo tomar tu consejo por mucho que quiera hacerlo, no puedo, tengo miedo.

— Gracias señor Wilson, sí tiene alguna duda, no dude en decirme.— Dice con una sonrisa aliviada, se sentía más feliz de escuchar que le mentí tan horrible.

— No te preocupes, John, ¿Hay algo nuevo?.— Le digo con una sonrisa fingida, no quiero saber nada de mi familia o de la empresa, solamente quiero estar en mi habitación y dormir todo el día.

— No que yo sepa de la empresa.— Dice serio intentando recordar lo que pudiera suceder en la empresa mientras íbamos caminando hacia donde estaba Sara.

Que bueno que me tinte el cabello antes de que viniera John, no se que habría sucedido sí hubiera visto las canas en mi cabello negro, la suerte de haber nacido con cabello negro puro de parte de mi madre es una bendición para mí... ¿Creó?

John se habría alterado y desesperado por mi salud mental y física, hubiera hecho un escándalo por algo tan pequeño, me hubiera dicho que tomara algunas vacaciones de la empresa, que me alejará de Sara y un millón de cosas que claramente le tendré que decir un millón de mentiras para que deje de preocuparse, agradezco su preocupación, pero en este momento, no quiero estar en el foco de atención de mis padres y mucho menos de Sara.

— Oh, la señorita Sara contrato a alguien.— Dice al recordarse al momento, ¿Para que Sara necesita a más gente en esta casa? Tiene al menos cincuenta criadas o más para cosas pequeñas, tiene chefs profesionales para cada hora del día y para cada día, ¿Porque tiene que contratar a más personas? ¿Acaso tiene idea de que debe de pagarles a los demás también? Díos, jamás voy a entender a Sara.

— ¿Otra persona más? ¿Cuántas personas necesita Sara para sobrevivir en una mansión? ¿Acaso no le es suficiente a las personas que ya tiene?.— Preguntó con un tono hastiado, estoy harto de que Sara contraté personas, sí quiere tener a bastante gente, se hubiera enamorado de algún príncipe de Europa o yo que sé, sí quería vivir como princesa, mejor le hubiera dicho a sus padres que se casaría con uno.

— No lo sé, señor Wilson, no he sabido nada más allá de lo que he escuchado de las señoras de limpieza.— Dice serio con su tono profesional.

— Muy bien, eso lo averiguaré ahora.— Sara me estaba esperando en el patio de la mansión, había una mesa con comida y algunos papeles, eran las ocho de la mañana ya, el día tenía un sol muy cálido para ser apenas seis de octubre, me sentía aliviado de alguna forma.

— Llegas tarde, León.— Dice Sara en un tono frío y amenazante.

— Lo siento.— Le digo con un poco de inseguridad, cuando me pasó de la hora a la hora de desayunar es señal de que Sara estará enojada todo el día, o bien le dice a las criadas que se lleven mi comida a los perros, o se las avienta a las criadas, pero hoy parecía estar contenta por algo, ¿Será que hoy se caerá el cielo?

— No importa, siéntate, creó que ya te habrás dado cuenta que hay una nueva persona en la mansión, ¿No?.— Me pregunta con un tono de ironía, sabe que no he visto a nadie que no haya visto alguna vez en la mansión.

— Eso te iba a preguntar, John me dijo que habías contratado a alguien, ¿Cuántas criadas necesitas, Sara?.— Preguntó con una inquietud insoportable en mi cuerpo.

— A ninguna, eso debieron de pensar antes de nacer en la pobreza, les doy trabajo porque me da pena verlos en la calle pidiendo dinero.— Dice seria con un poco de soberbia y sarcasmo, la última frase no me convenció para nada, Sara trata muy mal a las personas que no sean de su estatus social, solo las trata bien cuando se trata de camaras cerca, de lo contrario trata a las personas como si fueran alguna clase de pulga que debe ser exterminada de un perro para que se vea bien por fuera.

— ¿Entonces para que trabajó contrataste a esa persona?.— Pregunto con algo de miedo a que esa persona se esté arriesgando a servir a Sara.

— Será mi secretario, ya que tengo mucho trabajo por cierta persona que es todo un inútil que no sabe hacer nada.— Me dedica una sonrisa hastiada, es mi culpa por no sacar la inteligencia de mis padres, no soy bueno para nada, gracias por recordarme la dura realidad, Sara.

— ¿Tu secretario?.— Preguntó con algo de incredulidad y miedo, si el chico está cerca de Sara, es seguro que el chico terminará odiando su trabajo.

— Sí, paso la prueba tan rápido que me sorprendió su habilidad para ser secretario.— Sara estaba muy contenta por eso, ¿Prueba? ¿Acaba de decir prueba? ¿No quiso decir, entrevista? Ah, Sara dice y hace cosas que jamás voy a llegar a comprender.— Te advierto que sí te acercás a mi secretario, estás muerto León Wilson, no quiero que mi secretario se contagie de tu estupidez, es muy bueno para que tú llegues y lo corrompas.

— Ni que quisiera saber cuál es su vida, ¿No?.— Le digo a Sara para terminar la conversación y empezar a desayunar, la comida estaba deliciosa, pero no quería comer, me estaba mareando de solo ver la comida y querer vomitar.

— Díos, eres tan inútil que no puedes hacer una multiplicación de muchos números.— Se enoja al ver una hoja con varios errores en la multiplicación de muchos productos que yo había hecho, no soy bueno para las matemáticas, ya lo sé, lo siento por nacer así de idiota e inútil.

— Lo siento.— Le termino por decir mientras agachaba la cabeza con cansancio, estoy harto de todo esto, Sara tomó una campana de la mesa, estoy seguro que ya notó que no tengo ganas de comer, bueno, mientras que no se la aviente a alguien, yo estaré bien, de pronto alguien se acercó a la mesa, no era ninguna criada de la mansión, era un hombre alto, rubio, ojos marrones, y la piel un poco morena, tal vez fue a la playa recientemente y se quemó la piel un poco, debo de admitir que era guapo, llevaba un traje negro y corbata roja, su cabello estaba ligeramente hacia atrás tratando de que su risos no le estorbaran la frente, pero algunos caían por su frente, era realmente guapo, y no podía apartar mi mirada de sus ojos marrones grandes.

— ¿Me llamo, señorita Sara?.— Dice el desconocido con una voz gruesa pero dulce al mismo tiempo.

— León, conocé a mi nuevo secretario, Isaac Davies, de ahora en adelante estará a mi lado, espero no te entrometas en su camino, ahora, Issac, tráeme un vaso de zumo de naranja.— Le dice con una sonrisa mañosa, sabe muy bien que ese no es el trabajo de un secretario.

— Señorita Sara, no soy su sirviente, le puedo decir a alguien de la cocina que le traiga su zumo de naranja, pero ese no es mi trabajo.— Le dice Issac a Sara, jamás había oído que alguien le contradiciera a Sara de una manera tan educada y feroz, pero por la expresión de Sara, es obvio que no le gusta que le contradigan las cosas.

— Te pago para que me sirvas ya que mi esposo es inútil y no sabe cuánto son dos más dos, eres un criado al igual que todas esas ratas de alcantarilla que están allá adentro, y vas a obedecer todas mis órdenes, quieras o no.— Le dice Sara súper enojada, la cara le hervía en un rojo que hasta yo me sorprendí, y tenía miedo a que le aventará algo a la cara.— ¿Y bien, no lo harás?

— Lo siento mucho, señorita Sara, mi trabajo es y será atender los asuntos de su empresa y no sus asuntos personales.— Dice Issac, de forma educada.

— ¿Estás desafiando mi paciencia, Issac Davies?.— Dice enojada y con un tono amenazante.— No te contraté para que me desafiaras, te contraté para que me sirvieras, simplemente eres un idiota igual que todos esos imbéciles.

— Puede despedirme sí así lo desea, no diré nada de lo que es trabajar con usted.— Finaliza la conversación y le mantenía la mirada.

Y como sí fuera un reflejo mío, me interpuse entre Sara y Issac, el golpe impacto en mi cara con gran fuerza que el vaso de cristal que Sara le había lanzado a Issac se había roto y me había herido la cara y la sangre corría por mi cara y caía a mi ropa manchando todo.

— No sabía que aparte de inútil eras imbécil León, conocé tu lugar, eres el próximo ejecutivo de la empresa y defiendes a alguien de rango bajo, hah, no importa, te lo mereces por inútil.— Dice Sara con una maldad absoluta, yo caí al suelo porque perdí el conocimiento por el impacto, tenía heridas en mi cara y no veía nada más que sangre cayendo a mis manos.

— Hah.— Suspiré, ya no tenía sentido nada de esto, tal vez no debí defender a Issac, pero lo hubiera hecho un millón de veces con todas las personas que trabajan para esta mansión, me dolía la cabeza y más las heridas que generaron el cristal en mi cara no ayudaba para nada.

— Ten.— Me extiende Issac un pañuelo blanco bordado con un dorado muy bonito la verdad.

— Gracias.— Agarré el pañuelo con algo de timidez y pena, me sentía extraño por tener la atención de alguien que ni siquiera me conocía.

Generalmente, las personas no quieren saber nada de mi y no me tenderían la mano si yo necesitará su ayuda, e Isaac me tendió un pañuelo para limpiar mi sangre.

— Gracias a ti por haberme protegido, quédate con el pañuelo.— Me dice con una media sonrisa y empezó a caminar hacía la puerta trasera de la mansión para seguir a Sara y cerrar la puerta detrás de él.

— ¡Señor Wilson! ¡¿Se encuentra bien?!.— Grita John, está preocupado, ¿Y como no estaría preocupado sí tengo la cara manchada de sangre?

Sentía que mí corazón iba a explotar por tan acelerado que iba, aparte que mis heridas estaban tapando mi cara, la sentía caliente, seguramente es por la sensación de haber sido atendido por alguien que no me conocía.

Pero se siente bien de alguna manera, me gusta esta sensación, pero es tan peligrosa que me preocupa perderla en tan poco tiempo, quiero que perdure está sensación.