─ Y es asi señores como tengo planeada mi ley cero crimen, sabemos que los delincuentes jamas van a cambiar asi que les ofrezco algo que les obligue a meterse en prision y evitar los malos ratos, se les negara la libertad, tanto condicional como total, y dependiendo de sus crimenes será el castigo que les daremos, robar tendran que entregar alguna mano de su cuerpo, violaciones seran castrados─Decia merindia, acabando de leer su enunciado.
─ Merindia, entiendo que hayas tenido problemas con los criminales en tu juventud..Tuvo que haber sido traumatico y todo pero ¿Esta ley?, es una maldita locura, solo con saber que les darás derecho a que todos los ciudadanos puedan maltratar a los criminales sin penalizacion alguna, violas todas las leyes de los derechos humanos─Dijo uno de los altos mandos.
─ Podremos conseguir una excepcion si es que mi ley resulta, caballero─Decia merindia asintiendo con la cabeza.
─ Es una idiotez, ademas de que aun falta convencer a todos los altos mandos para decretar una ley tan salvaje como esta, eres increible, pero tengo que admitir que eres una maniaca de la cabeza, chica.
El señor golpeaba el hombro de merindia de una forma amable justo antes de levantarse junto a todos los altos mandos que se encontraban enaquella enorme mesa redonda, todos se iban mientras que aquel ultimo señor se habia quedado, una mujer entraba besando en la boca a aquel señor y envolviendole de su espalda con sus brazos, cuando la mujer se separaba dejaba ver que tenia la barriga algo inflada, no se veia que fuera por peso asi que solo estaba embarazada, el señor se despedia de merindia, mientras merindia asentia con la cabeza, tras eso esta se levantaba de su asiento sacando su telefono y poniendolo en su oreja.
─ ¿Melura?─Preguntaba merindia al telefono.
─ ¿Si, señora?─Respondia esa grave voz.
─ Comenzaremos con el plan purga, consigue lo mas que puedas de dinero, la ley cero crimen sera aprobada, quieran o no─Dijo merindia firmemente.
─ Con gusto.
Tras decir eso y colgar el telefono, el espectaculo habia comenzado, merindia habia abierto algunos espacios en donde habian bastantes personas importantes, esta ponia varios videos de los crimenes que habian sucedido hace unos pocos dias en tlakzat, en uno de ellos se encontraba la ministra de paz quien se habia negado a ayudar a una anciana, anciana la cual a los pocos dias habia sido asesinada por un imigrante mexicano, los presentes volteaban a ver enfadados a la ministra, fue asi como los votos comenzaban, y claro que si, los presentes habian dado su firma para que la ley fuera aprobada, el alto mando hablaba por telefono con una de sus representantes, quien curiosamente habia cambiado de opinion sobre la ley cero crimen, dando su voto por la distancia y diciendo que aprovaba rotundamente aquellos metodos, el señor colgaba la llamada curioso, mientras que la chica colgaba de igual forma viendose que melura le entregaba un facho de billetes enorme, justo antes de irse con su firma.
─ ¡Y aqui como pueden ver, los inmigrantes no han hecho nada mas que causar estragos desde que llegaron, adaptarnos a sus costumbres dicen!, matan, violan..¿¡Hasta cuando vamos a permitir esto!?
Gritaba meridia enfrente de un enorme grupo de personas, a sus espaldas habia una pantalla la que mostraba varios videos simultaneos, robos de personas de otros paises, otros los cuales arrinconaban a las mujeres de tlakzat, y habian otros que incluso se llevaban niños, curiosamente el mismo que se habia robado un niño en el video aparecia enfrente de todos siendo agarrado por dos enormes guardias, la gente se habia puesto loca pero no podian pasar la barrera de policias por lo que sin dudarlo habian dado el voto de que si a la nueva ley, los guardias salian junto al moreno, el moreno en realidad se habia quitado la peluca al igual que la mascara, recibiendo la paga de uno de los guardias, quien era melura, los votos estaban ganando por cientos, que en cuestion de pocos dias se habian convertido en miles, miles que se volvian millones, incluso mas ciudades que tlakzat estaban pidiendo que se cumpliera aquella ley, aun asi aun faltaban los altos mandos, por lo que tenian que encargarse de ellos seis en total, uno de ellos habia sido arrinconado en un callejon por varios chicos morenos sacando de sus bolsillos unas navajas, aquel alto habia dejado su boto positivo a los pocos dias, una de las altos mandos habia sido manoseada en publico, y era obvio que habia dejado de igual forma su boto positivo, otros de los altos mandos llamaba al principal hablando de una forma asustada al telefono, accediendo a la ley, cuando el telefono fue colgado se veia que melura le estaba amenazando con uno de sus dedos en uno de los ojos de aquel señor, claro que habian votantes exteriores que se rehusaban a aceptar esta nueva ley, aquellos eran ''silenciados'' ya sea matandolos o tirandolos a un rio, desapareciendoles y claro, pagandole enormes cantidades de dinero a los testigos al igual que los limpiadores de escenas, aquellos quienes se inventaban lo sucedido, accidentes, o simplemente actos raciales, fue asi como llegaban al penultimo, el anciano ambicioso, merindia entraba a la oficina de este dejando la hoja de la ley junto a un billete de cien dolares, el anciano comenzaba a reir a carcajadas y se levantaba, aunque antes de irse un hombre le frenaba la caminada abriendo un maletin lleno de dolares, el anciano sonreia, pero aun no, se queria ir denuevo pero ahora fue detenido por otro hombre quien abria otro de los maletines, el sudor corria por el rostro del anciano quien se daba la vuelta, encontrandose con merindia sentada de piernas cruzadas en su escritorio, abriendo ese ultimo maletin de dinero que le faltaba, el anciano reia rapidamente se lanzaba hacia su escritorio para firmar aquella ley, los votos de los ciudadanos estaban en aumento, tanto que nisiquiera podian recibir tantos correos a la ves, las calles, las redes, todo estaba lleno del rostro de merindia con el texto de ''Aprobar la ley cero crimen'', la gente en las calles marchaba con orgullo con aquel rostro de merindia gritando a todo volumen, ¡No mas crimen en tlakzat, no mas crimen en tlakzat, ley cero crimen!'', merindia reia en su oficina, contando el dinero que se habia ganado, mientras que sus compañeros hacian otras cosas, melura se encontraba recibiendo todos los votos, befutel citaba a todas las grandes organizaciones para cambiarles la opinion, mientras heydalin se lanzaba sobre la enorme pila de dinero y papeles que habia ahi, riendo y moviendose como si fuese una niña pequeña en una pila de hojas, aun asi aun necesitaban una firma si lo que querian era aprovar aquella ley, y ese no era nada mas y nada menos que..
─ Señorita merindia─Decia el señor de hace unas horas, julian decia en la placa de su uniforme.
─ Señor Julian, que bueno que haya recibido mi citación, es todo un honor tenerle aqui─Decia merindia tomando asiento.
─ Veo que su ley ha cautivado a mas de una persona por ahi ¿No?, debo admitir que es una gran sorpresa, aunque supongo que no es por eso por lo que me ha citado aqui, ¿Porque fue?─Dijo julian de forma amable.
─ ¿Cual es su opinión acerca de las mujeres, caballero?─Pregunto merindia.
─ Jaj..¿Que, que tiene que ver eso?─Julian preguntaba confundido.
─ Curiosidad─Merindia levantaba sus hombros.
─ Pienso que son hermosas, guerreras, que sirven para todo en la vida, y se que puede sonar algo atrevido pero..Mh..No podria vivir sin ver sus sensuales cuerpos, sobretodo el de mi esposa─Dijo julian en forma de susurro.
─ Y por lo que se ve, sobretodo el cuerpo de su esposa─Decia merindia guiñandole el ojo.
─ Asi es, jej..─Julian asentia.
─ Bueno, pensaba que diria que las mujeres eran unas zorras, que se van siempre por la peor opcion, sobretodo cuando se trata de elegir el padre de su hijo─Merindia cruzaba sus piernas ante ello.
─..¿Que?..─La sonrisa de julian desaparecia.
─ ¿Sabe usted que gran parte de los hombres casados, estan cuidando a un bastardo que fue un basile de una sola noche? ¡O mucho peor..Que lleva escondido bajo la cama tanto tiempo!─Decia merindia entre risas.
─ ¿Que quiere decir?─Julian fruncia el ceño.
─ ¿Cuanto tiempo lleva casado con su esposa?─Merindia le veia fijamente.
─ ¡Escucheme idiota, puede que seas una persona importante, pero no dejaré que hables asi de mi mujer!─Julian enfadado se levantaba, dejando caer la silla en donde estaba hasta tomar a merindia del cuello de la camisa de esta, levantandola del suelo.
─ Si es asi..Supongo que no tendrá problema en que hoy salga mas temprano ¿No?, siempre sale tarde..Matandose la espalda para sustentas a su querida mujer, y al futuro retoño que van a tener─Decia merindia, agarrandole de uno de esos grandes brazos.
─ ¿Insinua que mi mujer es una zorra?..─Julian fruncia aun mas el ceño.
─ Para nada, pero si confia tanto en ella..Vayase ahora, pero si llega a descubrir que tengo razon, deberá de darme su firma, ademas de hablar para que aprueben mi ley, ¿Tenemos un trato?
Julian le veia con una mirada asesina, penetrante, mientras que merindia se encontraba tranquila aun cuando sus pies estuviesen flotando en el suelo, julian sin decir una palabra mas la soltaba yendose bastante enojado de ahi, abria la puerta con tal fuerza que parecia que la habia roto, merindia se apoyaba en el escritorio, acariciando su cuello pues se habia quedado algo lastimado debido a ese agarre, julian no debia de levantar sospechas por lo que en vez de llegar en su coche como era costumbre decidio llegar a pie, todas las ventanas se encontraban cerradas al igual que las cortinas, julian metia lentamente la llave y abria silenciosamente la puerta, ya estando dentro subia hasta llegar a la habitacion matrimonial encontrandose con lo que merindia habia dicho.
─ ¡Ah si, si cogeme, bastardo, follame como nunca lo haria ese maldito pito corto precoz..Cogeme como tu mujer!─Gritaba la esposa de julian como loca, con las piernas abiertas.
─ ¡Oh si si..! Nada mejor que un buen chico, nada mejor que ese asqueroso inutil..Manteniendonos, jaj..Que ..Estupido─Decia entre jadeos el hombre arriba de ella.
─ ¡Ah..ah...!..¡Oh por dios!
La mujer dejaba de gemir, incluso habia pateado al chico que andaba encima de ella, la mujer se bajaba de la cama cubriendo su cuerpo con sus manos, el hombre no entendia lo que habia pasado hasta que alguien le habia agarrado del hombro, momento en el que este fue derrumbado de la cama con un golpe en la cara.
─ ¿¡Como un inutil, como un estupido, trozo de mierda?! ¡Matandome trabajando, para esto, para mantener a una zorra de piernas abiertas, hijo de perra! ¿¡Desde cuando están asi!? ¡Agh!
Julian se sentaba encima de aquel hombre comenzando a dejarle golpes debastadores, golpes que en cuestion de segundos se habian transformado en sangre, una ira asesina habia envuelto la mente de julian quien golpeaba de forma intensa a aquel hombre, los golpes comenzaban como sonidos humedos pero a los pocos segundos se escuchaban cosas mas duras tronandose, asi hasta que julian se detenia viendo fijamente la cara destruida del hombre, envuelta en sangre, sin dientes, y claro, lleno de moretones y varias heridas graves, julian se levantaba lentamente, su mente estaba confusa, dolida, fue ahi cuando con las manos llenas de sangre, y seguramente rotas, agarraba su telefono sacandolo y viendo un mensaje, ''Diez minutos han pasado, tuve razon, o no''?, decia el mensaje, julian levantaba al mirada viendo a su ''esposa'', quien lloraba asustada en la pared, julian negaba con la cabeza y terminaba por irse de ahi, no sin antes haberle dado una buena patada en la cabeza al sujeto, y un golpe en la cara a su ex mujer.
─ Ire para allá..
Decia julian en un mensaje de voz justo antes de irse de su casa, dejando un rastro de sangre, ya habiendo llegado a la oficina merindia dejaba aquel ultimo papel que le habia quedado, junto a el un telefono y finalmente aquel boligrafo, julian agarraba el boligrafo y dejaba la punta encima del papel, firmando rapidamente, este tomaba el telefono y se levantaba yendose de ahi revelando que tenia ambas manos vendadas, merindia tomaba este ultimo papel y lo guardaba en su cajon mientras se sentaba realizada en su escritorio, una sonrisa aparecia poco despues hasta que esta se acostaba en el escritorio.
─..¡Jaja..!─Merindia tapaba su rostro con uno de sus brazos, comenzando a reir.
─ Señorita Merindia, mañana vendrá un representante de los derechos humanos..Es cuestión de que pasemos esa prueba para demostrar que no tienen remedio, y con eso..Usted, nosotros, y la justicia ganará─Decia melura, cruzado de brazos.
─..Ah..¿Quien es?─Merindia dejaba de reir quitandose el brazo aun con una sonrisa.
─ Michael Bemra.
Merindia dejaba de reir al escuchar las palabras de melura, ahora que llegaba el ultimo escalon merindia se bajaba de su escritorio agachandose y comenzando a buscar algunas cosas en su cajon hasta sacar de ahi un libro, esta lo abria encontrandose con que habian varias fotos, datos personales, y direcciones escritas ahi, esta comenzaba a buscar el nombre..Michael, Michael..Porfin lo encontraba dandose cuenta de que este tenia una familia, un esposo y dos hermosas hijas.
─ ¿Heydalin?─Decia merindia agarrando una foto.
─ ¿Si señora?─Dijo heyda en el parlante.
─ Necesito que vayas a esta direccion mañana cando vaya a mi junta con nuestro compañero, no hagas nada, almenos no hasta que te de la señal, ¿Lo entiendes?─Preguntaba merindia.
─ ¡Mas claro que el agua mi señora!
La llamada habia sido colgado, melura asentia con la cabeza en forma de despedida justo antes de tomar la perilla de la puerta para irse de ahi, merindia se sentaba en su silla, levantaba sus pies dejandolos sobre el escritorio mientras agarraba la foto de michael junto a su familia, una tetrica sonrisa se formaba justo antes de que la foto cayera al suelo, la familia, el unico fragmento que habia quedado en la mano de merindia habia sido el sonriente rostro de michael.