Ellie
El cuarteto de cuerda tocaba una canción suave y lenta que parecía hacer centellear aún más las estrellas plateadas que había sobre ellos mientras Ellie permanecía de pie admirando la escena. Había tenido razón. Todo había salido a la perfección, y en toda la pista de baile, una pareja tras otra se había emparejado. Sus estudiantes estaban encontrando a sus compañeros predestinados. Alfas y Betas de manadas de todo el mundo se reunían con mujeres que se habían formado en su escuela.
—Bueno, ¿qué te parece, preciosa? —preguntó River, pasando de donde había estado hablando con otro Alfa que había venido con su esposa e hijo, el cual tenía su edad y buscaba una esposa para poder hacerse cargo de la manada—. Yo diría que esto es un gran éxito.
—Definitivamente —coincidió Ellie—. Veo a tanta gente bailando juntos y enamorándose.
—Lo sé —afirmó River—. Mira a Sarah y al Alfa Rob por allí. Y Nelly y Alfa Lance.