River
Ver a Ellie luchando sola contra todos esos bandidos fue suficiente para que River se pusiera en marcha a una velocidad que ni siquiera sabía que tenía. Pero cuando vio a su esposa llevar a su hija a un lugar seguro, supo que todo iba a salir bien, sobre todo porque los bandidos se encontraban ampliamente superados en número.
Solo faltaba hacerles pagar las horrendas atrocidades que habían cometido. No solo habían incendiado el centro de eventos de la aldea, que quizá ya se había extendido a otros edificios, sino que también habían violado su casa, robado a su hija y se la habían llevado en mitad de la noche.
Ninguno de estos lobos iba a escapar de esta lucha.
Ni siquiera el enorme macho que ahora se abalanzaba sobre él.