River
Estar en el campo de batalla siempre hacía que la sangre fluyera por River de una manera que ninguna otra cosa podía. Le encantaba la emoción de la batalla y el impulso que sentía al acechar a su presa y luego la oleada de adrenalina que siempre recibía antes del ataque era suficiente para hacerle desear vivir en los días anteriores a que las manadas fueran tan civilizadas como ahora. Su madre solía contarle historias sobre su bisabuelo y cómo había conquistado la zona que ahora era su territorio, apoderándose de ella y obligando a los lobos renegados que habían vivido allí durante años a formar parte de la manada o a abandonar la zona para siempre. Algunos de ellos habían sido feroces luchadores, pero eso no había impedido que su bisabuelo les hiciera la guerra y llevara su manada a este territorio preferido.