En cuanto Violeta y Lucinda se fueron, Jack sintió que podía hacer cualquier cosa.
Intentaba lo mejor que podía ignorar el hecho de que Violeta se hubiera reunido con ese hombre fuera de su propia casa sin decírselo.
¿Cómo pudo?
Era cierto que ella le había advertido que volvería a encontrarse con Lance, pero no creía que fuera a ser tan atrevida.
Claro que era mejor que el encuentro hubiera sido más cerca de él en lugar de en medio del bosque.
Así, si pasaba algo, sería mejor que él fuera a buscar a Lance.
Pero cuando se enteró de que Violeta se había ido con Lucinda tan tarde en la noche, se enfureció por completo.
Y cuando sus ojos se posaron en Lance, Jack estaba seguro de que haría algo realmente malo si Violeta no estuviese allí.
Pero entonces ella le pidió que prometiera no hacerle daño al hombre y aunque lo único que Jack quería era darle una paliza, aceptó.
Porque no podía arriesgarse a perderla.