Violeta esperó todo el día a que Jack volviera. La estaba volviendo loca no saber nada de él durante horas.
Y el hecho de que se hubiera ido solo tras Lance no tenía ningún sentido para ella.
¿Por qué iba a hacer eso? ¿Por qué no le había pedido a nadie que lo acompañara?
Había tantos enemigos escondidos y alguien podría tomarlo como rehén o incluso matarlo.
Era demasiado peligroso.
Decidió esperarlo en su habitación. No le importaba que no le hablara, ni que siguiera enojado con ella.
Lo único que quería era asegurarse de que estaba bien en cuanto volviera.
Podía sentir en su piel exactamente lo que él debió sentir el día anterior, cuando ella trató de ocultarle la carta.
El hecho de que saliera tras Lance sin decírselo la hizo sentirse muy molesta.
Ahora más que nunca, estaba segura de que había metido la pata hasta el fondo.
Se mordió casi todas las uñas hasta que apareció Jack.
Abrió la puerta y se asustó al ver que ella lo esperaba ahí.