Un grupo de compañeros se encontraban reunidos disfrutando de la noche a la luz de la luna mientras bebían unas cuantas cervezas liberando la presión del trabajo, era una noche tan hermosa como para no disfrutarla junto con sus compañeros de trabajo, luego de una fuerte jornada laboral.
Luego de unas cuantas cervezas cada uno se fue a su respectivo hogar, a excepción de aquel pálido no muy alto pero tampoco tan bajo, paso una mano por su cabello color menta hechando lo hacia atrás soltando un pequeño suspiro, metió sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta de cuero y caminó lentamente hasta llegar a un puente.
Recargo sus codos sobre aquel tubo frío mientras recargaba su rostro en sus manos disfrutando de aquella brisa encantadora, la noche era perfecta, le encantaría quedarse pero seguramente el pequeño castaño estaría esperándolo junto a la puerta.
Realmente su hermano no dormiría hasta que el llegara sano y salvo, agradecía mucho que su pequeño hermanito fuera tan atento y cariñoso con el
Se reincorporo para volver a su pequeña pero acogedora casa mientras meditaba sobre como su vida era cada vez mejor, se sentía orgulloso de poder cumplir la promesa que le hizo a su madre en su funeral, miró hacia el cielo y mando un beso a una pequeña estrella que se encontraba junto a la luna
—Gracias por cuidarnos desde ahí madre— sonrio —mañana TaeTae cumple 19 años, cómo nos gustaría que estuvieras aquí— solto un pequeño suspiro y siguió su camino
—Bien venido a casa Yoongi!— habló el castaño mientras se aventaba sobre el pelimenta
—TaeTae— sonrio —te dije que no me esperaras despierto, mañana tienes que ir a la escuela— acariciando sus cabellos
—Losé, pero aún así quiero recibirte cuando vienes!— mencionó adentrándose a la casa
—Cómo sea, anda a dormír!— Ordenó cerrando la puerta y quitó su chaqueta
Ambos jóvenes platicaron por un rato hasta que se fueron a sus habitaciones para poder descansar, sin duda Yoongi tendria un día ocupado pero se las arreglaría para estar con su hermano luego del trabajo.
—Buenos días TaeTae!— el pelimenta entró a la habitación con un pequeño pastel de tres leches —Feliz cumpleaños!—
El pelimenta se levantó temprano para poder ir a comprarle un pastel a su hermano, el sabía exactamente cuál era el preferido de aquel castaño, tres leches con frutas frescas al rededor del pastel.
El castaño se levantó sorprendido, había estado tan ocupado con la escuela y escogiendo en que universidad se quedaría que había olvidado por completo su cumpleaños, por suerte el pálido era muy ordenado y nunca olvidaba las fechas importantes.
—Gracias Suga!! Eres el mejor!— Se levantó rápido y apagó la vela para luego abrazar al pálido
—No me lo agradezcas, ahora bañate y apresurate para desayunar o llegarás tarde a la escuela— Sonrió saliendo de la habitación
Se dirigió a la cocina para servir el desayuno y luego colocarlo sobre la mesa esperando al castaño de piel morena–
Luego de unos treinta minutos ambos habían terminado de comer, el castaño se despidió de su hermano y salió de la casa llendo a su escuela.
Yoongi se vistió para ir a trabajar cuando escuchó el toque de la puerta, el creyó que se trataba de su hermano olvidadizo y abrió rápidamente
—Ahora que olvidaste?..— levantó la mirada y frunció seño al reconocer aquel hombre de cuerpo grande y barrigón —Qué mierda hace aquí?! —
—Creíste que podrías escapar de la deuda de tu padre mocoso?! — fruncio seño tomando al pálido por la camisa —págame!—
—Yo no tengo nada que ver con el estúpido de mi padre señor Lee! — me safe de su agarré
—Eso me importa una mierda, el dijo que tú pagarías y eso harás si no quieres que algo le pase a tu pequeño hermano — amenazó apuntando con un arma
—Mierda...— murmuró más para si mismo y lo miró con seriedad —Cuánto debo pagar para que dejen de jodernos la vida a mi y a mi hermano? —
—$500,000.00 — sonrió por lo que el pálido mostró una cara de asco —y lo quiero en una semana o juro que tú hermano vendrá conmigo y me pagará dando sus servicios como una puta —
—Te daré tu maldito dinero, no hables así de mi hermano maldito — apretó los puños lleno de rabia —ahora lárgate de mi casa y no me jodas —
Aquel hombre se alejó y el pálido cerro la puerta dejándose caer al piso lleno de frustración, ¿Cómo mierda pagaría la deuda de su maldito padre? Y lo más importante ¿Cómo lo haría dentro de una semana? Definitivamente no dejaría que le hagan algo a su única familia.
No podía pedir dinero a un banco, la cantidad de dinero que el ganaba no era suficiente para poder conseguir el préstamo, con la frustración salió de su casa llendo a su trabajo.
En su descanso habló con su amigo Félix, ese rubio siempre había hablado de como un primo suyo había conseguido dinero rápido, así que se armó de valor y le contó su situación, luego de una larga platica recibió la información que necesitaba.
—No sé exactamente que debas hacer mientras le devuelves el dinero pero supongo que estás desesperado — mencionó el rubio soltando un pequeño suspiro luego de darle la dirección a Min
—La verdad si, no quiero que le pase nada a mi hermano y tampoco quiero que Sunhee se entere de esto — guarde la nota y me levanté —nos vemos luego tengo que ir a una cita —
Ambos se despidieron, el pálido camino lentamente mientras pensaba en si era necesario buscar de un hombre desconocido para conseguir el dinero, sin darse cuenta ya había llegado al parque en el que se encontraría con su novia.
—Eyy! Yoongi ¿Estás bien amor? — preguntó la pelinegra con una mirada de preocupación
—Ohh si... Solo estaba pensando en que debería regalarle a Tae — sonrió —forzosamente lo cual la chica no notó —
—Mm, luego piensas en él, mejor vamos a comprar ropa! Me prometiste que me comprarías lo que yo quisiera — lo jaló del brazo llevándolo a las tiendas de ropa no muy barata
Sunhee siempre quería comprar cosas, es una hija caprichosa y nadie le niega nada siquiera Yoongi, pero nadie es perfecto ¿Cierto? O al menos eso quería pensar él, de verdad estaba enamorado de esa chica, tanto que era incapaz de negarle algo.
Desde un inicio Tae le dijo que no le agradaba, pero como un buen hermano no le dijo nada más, si Yoongi era feliz para el era suficiente aún que prefería alejarse de ambos cuando los veía juntos, eso para no decirle a su hermano que odiaba a esa mujer.
Luego de varias horas comprando y quedando corto de dinero envío a su novia a casa en un taxi que el pagó, para ahorrar lo que le quedaba caminó de regreso a su casa no son antes comprarle una linda boina a su preciado hermano, el sabía que a diferencia de su novia su hermanito era feliz con cualquier cosa que le diera.
—TaeTae! Ya regresé, mira te compré está bonita boina que convina Contigo — sonrió luego de cerrar la puerta y caminar hacia el castaño
—Yoon... No debiste! — la tomó y de la colocó en su cabeza mirando como combinaba perfectamente aquella boina color marrón con su cabello castaño —Soy más hermoso! Gracias Yoongi! —
—Claro, con cada cosa que te pongas eres hermoso y sabes por qué? — le sonreí acariciando su mejilla
—Por qué me parezco mucho a mamá — sonrió junto al pálido y lo abrazó —mamá estaría orgulloso de tu Yoongi, eres el mejor hermano del mundo! —
—Mamá también debe estar orgullosa de ti— sonrió ampliamente —ahora vamos a ver películas y luego a dormir TaeTae —
—Si yoon.. ohh por cierto mañana vendrán unos amigos a la casa — sonrió —acostándose en el sillón — solo para ver películas después de hacer nuestro proyecto escolar
—Esta bien... Mientras estés aquí en casa y no causen problemas — trajo un plato de palomitas sentándose a lado del castaño
—Ujumm ¿No estarás aquí en casa? — lo miró curioso
—No, después del trabajo debo ir a reunirme con alguien para discutir sobre un pequeño asunto — sonrio nervioso
—No me mientas Yoongi — suspiró pesado —son por las deudas de papá otra vez ¿Cierto? —
—Si.. pero no te preocupes lo solucionare para que deje de molestarnos — prendió la T.V. poniendo una película de terror
A pesar de que no tenía más opciones no estaba del todo seguro sobre pedirle a una persona que le prestará dinero, ¿Park? Si así se llamaba, había escuchado ese nombre antes pero no recordaba bien en donde.
Si desesperación era enorme, no importaba que él tenía que pagar esa estúpida deuda, por qué su hermano lo es todo para el, Min Taehyung merecía vivir lejos de la preocupación de pagar dinero que no debían.
De todos modos no estaba seguro, sin embargo lo intentaría, luego de una gran batalla mental se dispuso a dormir tratando de aislar cualquier pensamiento que solo le provoque una fuerte jaqueca.