*Kenna*
Vimos con horror cómo Blaise se movía para hundir sus dientes en el hombro de tía Adelaide. Hubo movimiento por parte de todos los guerreros reunidos, pero ninguno de ellos llegó a tiempo para detenerlo. Juniper se cubrió los ojos y se dio la vuelta, pero no pude desviar la mirada.
La mano izquierda de tía Adelaide se alzó por encima de su hombro. Sus uñas recién cuidadas se clavaron en los ojos de Blaise. Gritó de dolor y se echó hacia atrás, pero la barandilla del porche lo mantuvo en su lugar. La tía Adelaide clavó las uñas hasta que la sangre empezó a correr por sus dedos. Blaise lo agarró de la cara y cayó al suelo. Lenta y elegantemente, la tía Adelaide se alejó de él y se acercó al tío Alex.
La multitud de guerreros estaba quieta y miraban en shock mientras Blaise maldecía y se retorcía en el suelo. La tía Adelaide le tendió la mano ensangrentada al tío Alex. Sin perder el ritmo, sacó un pañuelo de la chaqueta de su traje y comenzó a limpiarle la sangre de la mano.