Enzo
Una bola de ansiedad brotó de mi pecho cuando nuestro médico privado examinó a Honey. Romano era un desastre. Dante estaba enojado. Y yo estaba aquí sólo tratando de mantenernos juntos.
El corte en la cara de Honey no era lo suficientemente grave como para que le pusieran puntos, pero usó un pegamento médico para sellar los bordes y ayudar a que sanara más rápido. Me han dado puntos en la cara antes y me duelen muchísimo.
Roman estaba mirando al médico y pude ver al pobre médico sudando a mares.
Cuando ella hizo una mueca por el dolor, juré que Roman iba a tomar las tijeras del médico y garrotearlo con ellas. Por suerte, los agarré antes de que Roman pudiera hacerlo.
La habitación estaba tensa.
Honey parecía muy cansada cuando se apoyó en Roman, pero tan pronto como lo tocó, él se suavizó y me preocupé menos de que matara a nuestro médico. El médico garabateó una receta para una crema para los numerosos lugares en los que las espinas de rosa habían perforado su cuerpo.