Punto de vista de Erik
Me gustó esto.
Poppy en la oscuridad, incapaz de ver lo sonrojada que estaba, pero podía ver lo nerviosa que se estaba poniendo ante mis palabras. Su garganta se sentía suave en mi puño y me debatí si debía apretarla un poco o no sólo para sacarle otro delicioso jadeo.
Los últimos días, había pospuesto volver a follarla. No porque no quisiera. Definitivamente lo hice. Desde el momento en que me desperté junto a ella, con esa sexy camisola de satén y el cabello recogido en una trenza matrimonial. Mi esposa en su brazo. Me la follaría todas las mañanas cuando nos despertáramos.
Después de las comidas, ella sería mi postre.
Entre reuniones, la tenía inclinada sobre cualquier superficie para poder ver su aliento empañar el esmalte del escritorio cuando llegaba.
La tendría mientras nos bañamos.
Y yo sería lo último que sentiría antes de quedarse dormida.
Luego nos despertábamos y lo hacíamos todo de nuevo.