Punto de vista de Erik
Poppy lucía impresionante cuando llegó al clímax.
Bellamente sonrojado y respirando. Un grito entrecortado en sus labios que sofoqué con mi mano. El sabor de ella en mis labios era decadente y glorioso. Me tomó todo lo posible no inclinarme y lamer mi centro, probando si su orgasmo era tan dulce como su excitación.
Sabía como el momento en que el sol ascendió sobre las colinas después de la noche más larga del invierno. Nos alegramos sabiendo que se acercaba la primavera. Habíamos sobrevivido otro año de frío intenso y escasez de alimentos.
Poppy era primavera. Brillante y encantador. Podría perderme en su calidez. En el aroma de flores en flor y lluvia cálida.
Pero quería mirarla.
Saber que fui yo quien le hizo esto. La rompió tan dulcemente.