*Morgan*
Durante un largo momento, nos miramos fijamente, nuestros ojos dicen palabras que nuestros labios no son capaces de decir. Estoy en completa y absoluta conmoción. No estoy seguro de cómo me siento. Me siento en el taburete y trato de ordenar mis pensamientos. Shane se apoya contra la pared del cobertizo, secándose las lágrimas de los ojos. Por un lado, me conmueve su disculpa y que me ofrezca una salida, no para él, sino para mí.
Es lo más desinteresado que le he visto hacer y lo está haciendo por mí. Me seco las lágrimas y me giro hacia él. Muy bien, ahora es el momento. Necesito ser honesto con Shane. Necesito decirle exactamente cómo me siento. Nunca he tenido problemas para decirle lo que quiero. Esta vez no debería ser diferente. Me siento derecho y lo miro directamente a los ojos.
“Shane, me conmueve tu disculpa. Sé que lo dices en serio. Es cierto que me sentí herido cuando no viniste a rescatarme. No lo negaré”.