***Punto de vista de Ariana***
Continué oliendo la tierra para calcular cuánto tiempo había pasado desde que se transfirió el olor del lobo. Todavía era un poco nuevo en esto, pero sentí que podía resolverlo. Seguí olfateando con curiosidad y me di cuenta de que cuando levanté la cabeza podía olerlo más. Era fuerte, poderoso y misterioso.
Tenía una frescura, como el aroma del crepúsculo. No podía identificarlo exactamente, pero me atrajo y consumió mi mente. Me di cuenta de que este era mi compañero. Este olor era el olor de mi pareja, y él estaba cerca. Continué levantando la cabeza hasta que miré por encima de la hierba alta que crecía a lo largo de las orillas del río.
Yo lo vi. Era un lobo enorme. Sus poderosas ancas se recortaban contra el cielo estrellado y iluminado por la luna, que se asomaba a través de las ramas de los árboles. Sus ojos eran oscuros, con sólo dos luces mirándome. Era un lobo negro con rayas plateadas a través de su pelaje. Era asombroso contemplarlo.