Mi mamá gritó desde la cocina: "¡Aria Jane Green!"
El grito me asustó. Casi dejo caer mis cosas al suelo. Sabía que estaba en problemas. Ella nunca usó mi segundo nombre. Sabía que los segundos nombres sólo se crearon para que los padres pudieran alertar a sus hijos de que estaban en serios problemas.
Entré a la cocina donde estaba mi mamá. Tenía algunos papeles frente a ella sobre la encimera.
"¿Qué?" Pregunté, genuinamente confundido. Rara vez tuve problemas.
"No me digas 'qué'. ¿Crees que no me enteraría?" ella preguntó. Podía oírla dando golpecitos con el pie. Ella siempre hacía eso cuando se enojaba.
"¿Descubrir qué?" Pude escuchar el tono de mi voz comenzar a cambiar. Odié cuando ella hizo esto.
"Sólo dime cuál es el problema." Ella levantó un trozo de papel. Cuando me acerqué, vi que era una carta de oferta.
"¿Yo entré?" Me susurré a mí mismo.
El shock irradió a través de mí. Quería ser feliz en ese momento, lo cual era difícil cuando me gritaban.