"¿¡Y!?"
"¿Y qué?"
Noelle y yo estábamos tomando nuestro descanso afuera de Open Palms, cerca de la decrépita mesa de picnic escondida detrás de un generador roto que los servicios sanitarios se negaban a conseguir. Noelle presionó sus cigarrillos de clavo de olor Black Magic Woman contra sus labios verde pino, soplando hacia un lado para que el humo permaneciera a favor del viento.
“Vamos, Ronnie. No juegues conmigo así. ¡Conociste a la realeza Cibola anoche! ¡Como un maldito justiciero de verdad, tan críptido como los críptidos! ¿Y no me vas a decir cuál fue el favor? ¡Pensé que eramos amigos!"
"¡Somos!" Dije dejando mi sándwich de ensalada de pollo, "¿recuerdas a Angela Ravencroft?"
“Nunca sabré por qué uno de los nombres más geniales jamás creados tuvo que aterrizar en un pene así. Por eso no creo en dioses… ¡Y ella era descendiente del aquelarre de Salem! ¡Salem!