Sin saber cómo, los vitrales que adornan la pared trasera de la casa de Dora explotan. El instante es tan desgarrador que me toma un momento comprender lo que está pasando. Grito y los lobos a mi lado se giran asustados para ver qué está pasando. Ese preciso instante de desconcierto es suficiente para que Levi salte las distancias y cambie. Con un rugido atroz corre a una velocidad imposible y se abalanza sobre uno de los lobos.
Otro de los lobos es atacado por una gran bestia negra que se abalanza sobre él. La pelea estalla a mi alrededor mientras los gritos salen de mi boca. Intento levantarme, pero siento el dolor atormentando cada uno de mis sentidos por el intento de Levi de romper nuestro vínculo y eso me impide moverme por un tiempo.
Entonces una figura se me acerca. Es más pequeño que el resto. Reconozco inmediatamente el pelaje gris oscuro del lobo de Sophie.