"¡No!" grita Rose, su cara está roja por las lágrimas.
Su mirada permanece fija en Sebastián, quien todavía intenta recuperarse.
La mirada de Rose está cargada de odio, de arrogancia.
"¡No serás mi socio!" le estalla a Sebastian.
Sebastián la mira sorprendido. Ninguno de los dos parece salir de su asombro. Pero cada uno reacciona de manera muy diferente.
"Será mejor que los dejemos en paz", dice Levi contra mi oído. Asiento con la cabeza.
Comenzamos a salir del techo privado, pero luego Rose agarra el brazo de Levi.
"¡Espera, no te vayas!" ella grita. "¡No puedes dejarme, estamos destinados a estar juntos!"
Sus gritos atraen la atención de la gente dentro del baile. Pronto, una gran multitud comienza a acercarse al balcón para ver qué está pasando.
"¡Rose, detente!" Le grito, mientras Levi la suelta.
Luego ella me mira. Su dulce rostro se llena de ira y me ataca.