*VICKY*
La luz de la luna se esparció en el laberinto. Junto con la atmósfera extraña y tranquila que me rodeaba, hizo que el jardín originalmente magnífico y pacífico pareciera siniestro y aterrador. Busqué en el suelo algo que pudiera usar para defenderme, pero cada vez que intentaba alcanzar algo, un pie grande se estrellaba contra mi brazo, provocando un grito inmediato.
El perfume. Era más fuerte que nunca. Este era él: el Cazador de Sangre.
“Ay, Victoria. Qué bueno verte finalmente de nuevo después de todos estos años”.
Victoria. Este nombre se había vuelto muy extraño para mí con el paso del tiempo. El recuerdo y los recuerdos ligados a él hicieron que mi sangre retrocediera. No quería pensar en quién era ella; juré no volver a pensar en ella nunca más. Sin embargo, aquí estaba yo, presionado contra la piedra, obligado a enfrentarme cara a cara con mi vida anterior.