*LEÓN*
"Estoy bien, León. ¿Hay algo por lo que querías verme?"
El rostro de Vicky estaba inexpresivo, como si yo fuera un extraño. Intenté leer su mente, pero lo único que pude ver fue tristeza. ¿Qué pasó recientemente?
Ni siquiera sabía cómo consolarla.
Saqué el ungüento que ella me dio.
"¿Puedo entrar y hablar contigo?"
Vicky pensó por un momento antes de asentir. Entré en la habitación, que estaba tan limpia y ordenada como siempre, excepto por las cortinas, que estaban bien cerradas. Sabía que a Vicky le encantaba el sol pero ¿qué pasó con ella? ¿Cuánto tiempo había estado así?
Incluso si ella fuera miembro de los Cazadores de Sangre con un cuerpo sobrehumano, su espíritu no era mucho más fuerte que el de un mortal.
Había tantas cosas que quería saber. Había tantas cosas que quería preguntarle.
"Vicky, ¿por qué me diste esto?"
Señalé el ungüento sobre la mesa.
