Había sospecha en los ojos de Ted. Me miró y dijo con una sonrisa: "¿Conoces a esa mujer?".
Fingí estar confuso y pregunté: "No conozco a esa mujer. ¿Pasó algo?"
Ted sonrió. "Tus guardaespaldas la siguieron por tu seguridad. Querían averiguar quién era y ver si suponía una amenaza para ti, pero ella consiguió librarse de los guardaespaldas. Era bastante buena conduciendo. ¿De verdad no la conoces?"
Me quedé de piedra. Afortunadamente, me había puesto en guardia y había dado instrucciones a Nico. Rápidamente fingí sorpresa y pregunté: "¿En serio? Pero no sentí nada malo en ella".
Los ojos de Ted eran muy agudos, como si quisiera ver qué me pasaba. Quería saber si yo ocultaba algo. De nuevo, me miró directamente a los ojos y preguntó: "¿Qué hicisteis los dos en su habitación?".
Fingí extrañeza y respondí: "¡Nada! Me ensució la ropa y le resultaba incómodo limpiarme la ropa en el baño, así que nos fuimos a su habitación y me limpió la ropa en su habitación. Entonces la perdoné".