Punto de vista de Ayda
"¿Como sabes mi nombre?"
Caminé hacia la base hundida donde estaban la sacerdotisa y las efigies, mi mano se deslizó a lo largo de la barandilla de la escalera en busca de apoyo. Agradecí que Nicolette y Kathrine hubieran esperado afuera para darle algo de privacidad a mi audiencia con la sacerdotisa. Ahora que sabía que ella era realmente genuina, no quería que dijera verdades a personas de las que todavía no estaba seguro.
“¿Mi verdadero nombre?”
"Una pregunta tonta para una sacerdotisa de la Diosa". La suma sacerdotisa nunca volvió la cabeza para reconocer mi movimiento.
Sus ojos todavía estaban fijos en el fuego frente al espejo. Bueno, las cuentas que simbolizaban sus ojos se perdieron como estaban en la masa de tejido que se retorcía.
“Sabemos muchas cosas: lo que es ahora, lo que será, lo que nunca fue”.
"Entonces deberías saber por qué estoy aquí".
