**Isa
Observé nerviosamente desde el otro lado de la habitación cómo Catherine entraba y daba a conocer su presencia. No fue sorprendente que, a los primeros segundos de su llegada, se anunciara como su prometida.
Mi corazón se sintió retorcido. Debería ser yo quien pasee como la pareja de Callan. Pero era demasiado arriesgado para mí.
Para Catherine, hija de un hombre rico y alguien que no estaba vinculado a la empresa, sería más fácil para ellos estar juntos. Tiene sentido. Pero para mí, como empleado de Callan, fue diferente.
—Te dije que tenía una prometida —me murmuró David.
Le lancé una mirada furiosa.
—No es así. En realidad.
—Entonces, ¿cómo es? —preguntó Rosie, apareciendo de repente junto al piano con una bebida en la mano y una sonrisa engreída en el rostro—. Seguro que parece que hacen una buena pareja, ¿no crees?
Tuve que morderme la lengua. Algo en sus ojos arrogantes me hizo sospechar de ella esta noche. ¿Estaba buscando provocar otro rumor?
David gimió.