Evie Stanton
Cuando me desperté a la mañana siguiente, Thane no estaba allí. Mi mente trató de procesar lo que sucedió mientras observaba la luz filtrada del sol naciente asomarse lentamente a través de la cabaña.
Anoche lo único que tuvimos fueron las tenues luces de las lámparas de aceite para hacernos compañía. Pero ahora era un nuevo día y con él había tantas posibilidades.
Anoche. Pensar en mi noche con Thane hizo que todo mi cuerpo se sonrojara. Una ráfaga de calor subió bajo mi piel, lo que me hizo desear más. Un calor que me hizo desearlo una y otra vez. Desnudo de cintura para abajo, Thane me tocó y me hizo sentir cosas que nunca pensé que podía sentir. Y ni siquiera habíamos tenido sexo.
La idea de estar unido a él. Perdido en él.
Thane se perdió en mí. En las sensaciones que podía darle.
Un destello de anoche nubló mi visión. Me arrodillé entre sus piernas mientras lo probaba. Lo vi separarse de mi boca. Darme cuenta de que podía ponerlo de rodillas me fortaleció.
