Mae
La cabaña parecía tranquila, casi normal. Los tablones de madera que formaban los lados estaban uniformes y limpios. Las ventanas parecían recién lavadas y llenas de luz. Había hermosas plantas y flores creciendo alrededor de todo el borde exterior de la cabaña. Incluso los árboles parecían inclinarse hacia adelante, buscando la magia embriagadora del interior.
La fuente de la atracción mágica estaba claramente dentro de la cabaña. Chispas e indicios de magia resonaban en el pequeño refugio. El humo de la chimenea parecía estar cubierto de un brillo mientras se arremolinaba hacia el cielo.
Mae había pasado todo el viaje tratando de estar preparada y ahora se aferraba firmemente a la simple advertencia de Circe. En verdad, no tenían idea de en qué se estaban metiendo. Aunque Henry prometió que lo harían juntos, Mae sentía que estaba completamente sola.