La oscuridad se cernía sobre la ciudad como un manto, y las estrellas parpadeaban con una luz tenue, como si temieran ser las próximas en extinguirse. En una calle estrecha y olvidada, un joven yacía inmóvil, su respiración era apenas un susurro entre los ecos de la noche. Isaac, se encontraba solo, su vida se desvanecía como el último destello de un crepúsculo moribundo.
No había nadie para sostener su mano, nadie para llorar por el futuro que se deslizaba entre sus dedos. Solo había silencio, un silencio que se rompió cuando tomó una última bocanada de aire y dejó escapar un suspiro que contenía todos sus sueños no cumplidos y sus esperanzas destrozadas.
En ese momento, algo extraordinario ocurrió. El tejido de la realidad se torció y se dobló, y Isaac sintió como si fuera arrastrado a través de un túnel de luces danzantes y sombras susurrantes. El dolor y el miedo se desvanecieron, reemplazados por una sensación de asombro y una curiosidad que no había sentido desde su infancia.
Cuando finalmente emergió del otro lado, se encontró en un mundo que desafiaba toda lógica y comprensión. Era un lugar donde la magia fluía tan libremente como el aire que respiraba, donde los colores eran tan vivos que casi podía oír sus melodías. Aetheria, el reino de lo imposible, lo saludaba con sus secretos y maravillas.
Isaac se puso de pie, sus ojos se abrieron de par en par mientras observaba su entorno. Estaba en un bosque, pero no como los que conocía. Los árboles eran altos y majestuosos, sus hojas brillaban con un brillo etéreo, y las criaturas que se escondían entre sus ramas lo observaban con curiosidad inteligente.
Pronto, Isaac se dio cuenta de que no estaba solo. Una figura que estaba envuelta en una capa que parecía hecha de la misma noche, estaba siendo proyectada desde el brazalete en su muñeca. Era un hombre de mediana edad, con una barba bien cuidada y ojos que brillaban con sabiduría y una pizca de travesura.
"Saludos, Isaac o debería llamarte Nerón. Bienvenido a Aetheria", dijo el hombre con una voz que resonaba como un eco de un sueño. "Soy Emeric, y he sido enviado para guiarte en tus primeros pasos en este nuevo mundo."
Isaac lo miró, confundido y cauteloso. "¿Cómo sabes mi nombre? ¿Y qué es este lugar?"
Emeric sonrió. "Este es el mundo al que has transmigrado, un lugar donde tu destino te espera. Y conozco tu nombre porque tu llegada ha sido profetizada. Eres el Guardián Espiritual, aquel cuya llegada ha sido esperada durante miles de años por mi civilización."
Siento una mezcla de escepticismo y asombro. - "¿Guardián Espiritual? ¿Profetizado? No entiendo..."
"Con el tiempo, todo se revelará", aseguró Emeric. "Pero ahora, debes aprender a sobrevivir y a prosperar aquí. Aetheria es un mundo de belleza, sí, pero también de peligros que acechan en cada sombra."
Emeric señaló con su mano, y Isaac, impulsado por una confianza que no sabía que tenía, se levantó y le siguió. Juntos, comenzaron a caminar por el bosque, y con cada paso, Isaac sentía cómo su ser se entrelazaba con algo místico, despertando habilidades que nunca supo que poseía.
- ¿Qué es esta sensación tan extraña?, me giro preguntándole a Emeric. "Tu alma está uniéndose con las líneas de ley elemental con las cuales tienes afinidad", agrego Emeric al ver la confusión en mi rostro.
- ¿Leyes elementales?, pregunto igualmente confundido. "Si, leyes elementales, en este mundo existe una red invisible a los ojos mortales, la cual está compuesta por líneas de energía de cada elemento, fuego, agua, tierra, viento, madera, metal, luz y sombra, a las cuales llamamos leyes elementales.", "Tú alma se unirá y nutrirá de la ley o leyes con las que sea afín". Responde Emeric.
- ¿Cómo se a que leyes soy afín?, antes de hacer esa pregunta, me viene al pensamiento a la mente.
- ¿No me he tomado esta situación tan extraña con demasiada calma?, la respuesta es, si, pero igualmente no hago nada al sobre pensarlo, mejor me familiarizó con esta nueva y rara situación, luego revalúo mi estado y conocimientos.
Realizó la pregunta anterior. "No es muy complicado, solamente cierra los ojos y concéntrate en sentir el flujo de energía de las leyes, este se concéntrara en el Dantian debajo de tu ombligo, en ese lugar está nuestro núcleo elemental, al concentrar tu atención ahí tendrás una proyección del núcleo en tu mente, depende del color que observes en la proyección sabrás tu o tus elementos". Me explica Emeric.
Me concentro en hacer lo que Emeric me explico, cierro mis ojos, presto atención a los flujos de energía en mi cuerpo, poco a poco comienzo a ver una imagen en mi mente de una masa circular, detallando más a fondo está, veo un cúmulo de muchos colores convergiendo hacia ella, pero ninguno más relevante que el otro, en si su color es blanco del más puro... - Me preguntó si es que no tengo afinidad con ningún elemento, ¿Tendré tan mal suerte también en esta nueva realidad?
"¿Qué viste, cuéntame?". Me pregunta Emeric al ver mi rostro de reproche e insatisfacción.
Le describo lo que ví, una esfera blanca algo transparente, muy parecida a un cuarzo, y los numerosos colores entrelazados que fluyen hacia ella. - ¿Qué significa eso?, pregunto con algo de tristeza.
"Umm... Blanco... Cuarzo...", "Que extraño, puede ser por dos razones. Primera, no tienes afinidad con ningún elemento, algo que creo poco probable, aunque muy común entre los humanos porque no todos nacen con esa capacidad, pero aún así, coincides con el sujeto de nuestra profecía y tu alma soporto el cruce espacio-temporal, demostrando tú fortaleza. Segunda, hace miles de años en el comienzo del alza de la civilización humana, apareció el primer guardián espiritual, el primer humano en conectarse con las leyes elementales, se dice que controlaba varios elementos sin decir la gran mayoría de ellos, pero se decía en dicha leyenda que el nació sin afinidad alguna con estos, aunque no se tiene certeza de esto, pues los registros son demasiado antiguos, igualmente no tenemos conocimiento del color de su núcleo, ni como se realizó la conexión elemental en ese tiempo, puesto que solo algunas especies antiguas como los elfos, algunas tribus demihumanas y espíritus nacían biológicamente con esa conexión. Sólo sabemos que desde ahí comenzaron a aparecer cada vez más humanos con estas características innatas."
- Después de oír estas opciones decido que lo mejor es ir descubriendo la verdad a medida que adquiera más conocimiento y relación con la historia de este mundo.
Fin capitulo 1 (1/2) GDLE - Cambio de realidad.