En el oscuro callejón, los niños corrían con desesperación, sus corazones latiendo al ritmo frenético de la persecución. El eco de sus pisadas resonaba entre las paredes de ladrillo, mezclándose con el sonido de sus respiraciones entrecortadas. El olor a basura y humedad impregnaba el aire, aumentando la sensación de claustrofobia mientras se adentraban más en el laberinto urbano, Aunque su resistencia flaqueaba ante la implacable persecución, confiaban en que su escondite cercano les brindaría un respiro.Los niños corrían desesperadamente porque sabían el destino que les esperaba si eran capturados. El líder del grupo, con la certeza de que la huida por sí sola no sería suficiente para escapar de sus perseguidores, decidió frenarse para idear un plan que les permitiera que los otros niños escaparan. Sus ojos rojos brillaban con determinación mientras observaba el entorno en busca de cualquier ventaja que pudieran aprovechar."¡jefe, apresúrate, nos están alcanzando!""..."gritó uno de los niños, instando al líder a mantener el ritmo. Sin embargo, con determinación en sus ojos, el líder decidió sacrificar su propia seguridad para darles una oportunidad a los demás."Continúen adelante, yo los distraeré".les dijo, deteniéndose para crear una distracción lanzando desechos al paso de los perseguidores.el niño, mirándolo con admiración y preocupación, replicó."Jefe, si usted se queda, yo también"."...." Otro niño se sumó, compartiendo el silencioso acuerdo. A pesar del riesgo, el líder no pudo evitar sentirse conmovido por la lealtad de sus compañeros, pero se mantuvo firme."No harán diferencia si se quedan, váyanse de...".En medio de la discusión, una voz cortó el aire. "Malditos críos, ensuciando el camino", gruñó uno de los hombres, abriéndose paso entre los escombros. Consciente de que ya era tarde para convencerlos, el líder se enfrentó a los adultos, mientras los otros niños lo respaldaban y se unían al enfrentamiento con armas improvisadas.Los niños, conscientes de que su objetivo principal era ganar tiempo para que sus compañeros escaparan, se enfrentaron valientemente a los adultos que los subestimaban. A pesar de su tamaño y fuerza inferiores, se lanzaron con determinación sobre sus perseguidores, cada movimiento calculado para distraer y demorar a los adultos el tiempo suficiente.Con ramas y pedazos de escombros en sus manos, los niños golpearon con ferocidad, aprovechando cada oportunidad para desequilibrar a sus oponentes y abrir brechas en sus defensas. Los adultos, sorprendidos por la intensidad de la resistencia infantil, se vieron obligados a retroceder momentáneamente, dando a los niños la valiosa ventaja que necesitaban para cumplir su misión.Cada segundo ganado en la refriega representaba un pequeño triunfo en la carrera contra el tiempo, una oportunidad para que más niños lograran eludir a sus captores y buscar refugio. Aunque superados en tamaño y fuerza, su ingenio y coraje les permitieron resistir mucho más de lo que cualquiera hubiera esperado.Pero eso fue todo, los adultos eran personas con experiencia y, después de la sorpresa inicial, controlaron rápidamente la situación. A pesar de la valentía de los niños, la lucha posterior fue breve y desigual. Los hombres los vencieron con facilidad, los capturaron y los dejaron inconscientes, pero el sacrificio de los niños logró su cometido: el resto del grupo había desaparecido de su vista.Al perseguir al resto de los niños por el callejón, los adultos se toparon con unas encrucijadas inesperadas. La estrecha red de callejones se extendía en múltiples direcciones, creando un laberinto urbano impenetrable. Con cada camino oscuro y angosto pareciendo una invitación a lo desconocido, los adultos se detuvieron, su expresión de confianza reemplazada por un atisbo de duda.A pesar de la confusión momentánea, los adultos continuaron persiguiendo a los niños, incluso separándose en un intento desesperado por encontrar a sus presas. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. A pesar de explorar cada callejón y calle lateral, solo lograron atrapar a los tres niños que quedaron atrás. Enfurecidos y derrotados, regresaron a su guarida y arrojaron a los niños en las jaulas del sótano con brusquedad, una muestra de su frustración y rabia, en la oscuridad del sótano se podía ver muchos otros niños con miedo en sus ojos y sus cuerpos temblando dentro de las celdas solo pudieron ver impotentes como su número aumentaba."haaa-ahhh..ha haaaa"Horas más tarde, los gritos de agonía provenientes de una de las celdas despertaron al resto de los niños que se encontraban cerca, El niño de ojos rojos al que los otros se referían como jefe se retorcía en su reja, sosteniendo su cabeza con un dolor imaginable reflejado en su cara."¡jefe, ¡qué sucede, resiste!"Dijo uno de los otros dos niños que despertaron por los gritos, tratando de ayudarlo. Pero el dolor del niño no cesaba; retorciéndose en agonía, parecía sufrir un tormento indescriptible.Los otros dos niños, entrando en desesperación, no sabían cómo ayudar a su líder. La niña que no había hablado hasta ahora solo apretaba los puños de impotencia, imaginando lo doloroso que debía ser para que alguien que ni siquiera liberaba un sonido cuando los adultos lo golpeaban gritara de esa manera. Después de un tiempo, los gritos cesaron y el niño quedó inconsciente nuevamente.[[INICIANDO PROCESO DE CARGA DE DATOS...]][[ANALIZANDO SITUACIÓN ACTUAL...]][[CONFIRMANDO SITUACIÓN...]][[ANALIZANDO ESTADO DEL USUARIO...]][[ESTADO DEL USUARIO DETECTADO: EN PELIGRO...]][[INICIANDO MEDIDAS DE SEGURIDAD...]][[ANALIZANDO NUEVAMENTE EL ESTADO DEL USUARIO...]][[ESTADO DEL USUARIO AHORA ESTABLE...]][[INICIANDO SISTEMA GAIA..]][[PROCESO DE INICIO DEL SISTEMA COMPLETADO...]][[AJUSTANDO FUNCIONES DEL SISTEMA A LAS NECESIDADES DEL USUARIO...]][BIENVENIDO AL SISTEMA GAIA]Ignorando esos mensajes que resonaban en su cabeza por su inconsciencia, el niño estaba dormido plácidamente como si la situación que ocurrió hace unos momentos fuera mentira. Mientras tanto, los niños que se preocupaban por su líder se calmaban al saber que la vida del jefe no peligraba, o eso querían creer. Soltando suspiros de alivio, volvieron a descansar acostándose en el frío piso, aún agotados por los sucesos que ocurrieron ese día y temiendo lo que les deparaba el futuro ahora que habían sido capturados.