El destino puede parecer etéreo, pero sus rastros no son del todo esquivos.
Aquellos que siguen el Camino pueden confiar en cálculos para discernir los niveles del destino de otros.
Mientras que Long Xuan solo necesitaba usar sus ojos para percibir aproximadamente el destino de los demás.
Desde su perspectiva, el destino de Su Chengyu era enredado; aunque la fortuna estaba de su lado, su final estaba casi con certeza destinado a ser truncado a mitad de camino.
Ye Qingci había tenido una vida dura; aunque habría mejoras más adelante, como mucho, lucharía por alcanzar el estatus de un Inmortal Terrenal.
Sin embargo, ahora, el destino de Ye Qingci había cambiado, y en cada instante innumerables cambios estaban sucediendo en su destino. Con causa y efecto entrelazándose y la situación aún por definirse, incluso Long Xuan no podía discernir pistas en el presente momento.
