Acompañado por el último sonido en el cielo, la conciencia de Yu Yanshu se disipó por completo, su cuerpo perdió el control y cayó directamente desde el aire.
—¡Yan'er! —exclamó Su Chengyu, saliendo volando y atrapando a la completamente inconsciente Yu Yanshu, para luego comenzar a sanarla.
La tribulación de Yu Yanshu era aterradora de observar desde la distancia, y viendo el estado de su cuerpo, Su Chengyu estaba aún más asustado.
En este momento, ni un solo órgano interno de Yu Yanshu estaba intacto, los últimos dos rayos de la tribulación del trueno habían destruido casi por completo sus entrañas.
—¿Cómo era esto una tribulación? ¡Claramente era un castigo celestial! —pensó Su Chengyu.
Su Chengyu usó con urgencia mana en combinación con elíxires para restaurar el cuerpo de Yu Yanshu; aunque sus heridas internas eran muy graves, su fuerza vital no se había extinguido por completo, y Su Chengyu naturalmente no se rendiría.
