El tercer rayo de tribulación ya había caído, y la Formación Innata de los Cuatro Símbolos se iluminó, reduciendo la fuerza del trueno de la tribulación. Su Chengyu no dudó ni un momento, pues cuando es hora de arriesgarse, no se debe vacilar. Se lanzó de nuevo al trueno de la tribulación, permitiendo que el trueno templara su cuerpo mientras también intentaba percibir y comprender las Leyes de Trueno y Relámpago contenidas en él.
Incluso la mitad de la fuerza del trueno de la tribulación era extraordinaria. En medio de ella, Su Chengyu sintió cada centímetro de su piel, cada poro, cada meridiano y cada órgano palpitando con un dolor excruciante, pero la oportunidad era rara, y por eso debía comprender las Leyes de Trueno y Relámpago, lo que significaba apretar los dientes y soportar.