—Voy a participar en las pruebas en el Reino Kunwu también. Números Cuatro, Cinco y Seis, podríamos encontrarnos en el Reino Kunwu —dijo Chen Mengmeng en el grupo.
—Eso sería genial, con cuatro de siete de nosotros yendo al Reino Kunwu esta vez. Veremos quién entre nosotros reconoce a los demás primero —dijo Número Cinco.
—¿Qué tal si subimos la apuesta? Quien identifique primero la identidad de otro gana. El perdedor tiene que acceder a hacer una cosa para el vencedor sin objeciones —dijo Yang Junmo con entusiasmo.
Chen Mengmeng, quien ya conocía la identidad de Yang Junmo y que el Número Cuatro era del Clan Beitang, tenía una ventaja significativa y aceptó sin dudar.
—¡Sí, suena divertido! —dijo Número Cinco.
—Número Cuatro, ¿qué dices? —preguntó Yang Junmo.
—No tengo objeciones —respondió Número Cuatro.
—¡Perfecto! Entonces, es un hecho. Número Cinco, si pierdes, tendrás que ser mi novia, y no podrás retractarte —dijo Yang Junmo con confianza, seguro de su victoria.