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Sha Zhaohong aún no ha dado su último suspiro, y Chen Mengmeng no se apresuró a lanzar su hechizo de sostenimiento de vida, sino que usó su mana para mantenerlo con vida.
Los hermanos Sha miraban ansiosamente la puerta del dormitorio, esperando la aparición de Su Chengyu.
Después de un rato, la condición de Sha Zhaohong empeoró, el mana ya no podía sostener su vida, y Chen Mengmeng solo pudo prepararse para usar su hechizo para mantenerlo con vida; en ese momento, Su Chengyu finalmente llegó.
—Hermano Su, ¿cómo te fue? ¿Fue exitoso? —preguntó Sha Tianyang con urgencia.
—Tu fe en mí no fue mal colocada —Su Chengyu se acercó a ellos y vertió tres elixires del tamaño de un ojo de dragón que eran tan suaves como el jade de una botella de jade. Los elixires emitían un resplandor verdoso, y había un fuerte aroma medicinal que era refrescante al olfato. Eran las Píldoras de Rejuvenecimiento de Jade Verde.