—Aunque Su Chengyu tenía casi treinta años, no tuvo ni el amor de un padre ni de una madre al crecer. No podía evitar envidiar a otros que sí tenían el afecto de sus padres.
—Finalmente, supo el paradero de su madre. Por primera vez, sintió a su madre tan cerca de él. Quería escuchar la voz de su madre, o al menos ver cómo era ella.
—Soñaba con sus padres innumerables veces en sus sueños, pero nunca podía distinguir bien sus rostros.
—Yun Xiuhua suspiró y dijo: "Joven Maestro Yu, su petición es comprensible, y me identifico con usted. Sin embargo, todavía no se le permite ver a su madre. Si no fuera por el descubrimiento que hizo el Joven Maestro Feng sobre usted, no habría aparecido y usted no habría sabido acerca de la situación de su madre."
—¿Por qué? —preguntó Su Chengyu, sintiéndose confundido.