—Todavía tengo cosas que hacer. Tómense su tiempo para comer —Su Chengyu se levantó y se marchó. Zhou Zhaoming y Zhou Jinping se apresuraron a instarlo a quedarse.
—Hermano Yu, en verdad es culpa de mi padre, pero él no tiene malas intenciones. No te enojes —Zhou Jinping trató de calmar la situación.
—¡Es cierto! Señor Su, Xu Lingshan y yo pensamos demasiado. Definitivamente no tenemos ninguna mala intención. No quisimos engañarte y ofenderte. Por favor, perdónanos —Zhou Zhaoming intentó explicar.
—No hay necesidad de decir más. Olvidemos este asunto, pero realmente no tengo apetito para comer. Jinping, bebamos y charlemos otro día —Su Chengyu agitó la mano y dijo. Con eso, salió del salón privado y cerró la puerta tras de sí.