—Su Chengyu hurgó entre el montón de piedras en bruto, sacando una que contenía el Jade del Espíritu. Esta pieza de piedra lucía discreta, considerada nada más que basura según los estándares habituales. Pero oculto en su interior estaba un trozo de Jade del Espíritu del tamaño de un puño.
—Su Chengyu la pesó en su mano y se preparó para pagar por ella. En ese momento, Yuan Bo se acercó al mismo montón de piedras en bruto y al ver a Su Chengyu escogiendo una piedra aparentemente sin valor, no pudo evitar decir:
—Amigo, esta piedra no es buena. Está claro que no sacarás nada de ella, no malgastes tu dinero.
—¿Ah sí? Pero creo que las apuestas con jade no son sobre la apariencia externa. Quizás una pieza de aspecto humilde podría albergar algo grandioso —respondió Su Chengyu ligeramente.
—¿Eres nuevo aquí? —preguntó Yuan Bo.
—De hecho, es mi primera vez aquí —asintió Su Chengyu.
—Haz caso a mi consejo —dijo Yuan Bo—. Esta es claramente una roca sin valor, elige una diferente.