Después del apasionado discurso de apertura del anfitrión, Zhao Tai'an subió al escenario para dar su discurso bajo la atenta mirada de todos los presentes.
Tan pronto como Zhao Tai'an pisó el escenario, su discurso fue naturalmente de gran calibre, pronunciándolo con elocuencia y pasión, lo que le valió una y otra vez aplausos.
—¿Por qué aún no ha llegado el Hermano Su Cheng? —Desde que Qin Muge llegó al hotel, había estado buscando incansablemente a Su Chengyu, pero no había encontrado ni rastro de él.
—No te preocupes, el verdadero espectáculo acaba de comenzar. Este es el último cumpleaños de Zhao Tai'an, así que deberíamos dejarle disfrutarlo a fondo. Debería recordar este sentimiento y evitar cualquier arrepentimiento —dijo Qin Siyuan en voz baja.
Zhao Tai'an hizo un gesto con ambas manos y el enorme salón de banquetes se silenció inmediatamente.