—Hermano Yu... ¿qué estás haciendo...? —preguntó nervioso Lin Huanfeng.
Lin Zhiyuan sostenía su cara, lleno de ira pero sin atreverse a mostrarlo. Solo podía poner una expresión de agravio y dijo —Buen yerno, ¿qué está pasando? ¿Por qué me golpeaste?
—¿Golpearte? Si no fuera por Chu Xue, ¡te mataría! ¿Qué hay de la chica que se suicidó saltando al río desde la Universidad Lin? —dijo fríamente Su Chengyu.
Al oír esto, la cara de Lin Zhiyuan cambió inmediatamente y se defendió —¡No puedes culparme de eso! La chica se me insinuó por voluntad propia y luego me chantajeó. Ya le di algo de dinero. ¡Su salto al río no tuvo nada que ver conmigo!
—¡Lin Zhiyuan! No me importa tu libertinaje, pero no puedes cometer crímenes. De ningún modo encubriré tus fechorías —le reprochó severamente Su Chengyu.