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Xie Jinshan fue partido en dos por un único golpe de espada, sin embargo, su fuerza vital de gran maestro era tan fuerte que no expiró inmediatamente. Con ojos llenos de ira completamente abiertos, observaba cómo su propia mitad separada era drenada de vida a una velocidad alarmante, y le resultaba difícil de creer.
Él, como un gran maestro de segundo rango, ¡fue inesperadamente dividido por un joven desconocido con un único trazo de espada!
—Tú... —Xie Jinshan levantó lentamente su mano, su rostro lleno de resentimiento y terror. Solo logró pronunciar una sola palabra antes de expirar.
Yuan Ping y sus compañeros, tomados por sorpresa, fueron testigos de la muerte instantánea de Xie Jinshan. Quedaron paralizados en su lugar, atónitos, incapaces de creer lo que acababa de suceder.
