Qiao Yuanfeng y Jiang Qi no abandonaron el patio; en cambio, volvieron a la habitación de Qiao Yuanting.
—Nunca esperé que Su Cheng fuera tan aterradoramente poderoso, sosteniendo su propio contra un Gran Maestro de Cuarto Nivel. No podemos dejarlo salir vivo hoy porque las consecuencias serán interminables. Ninguno de los dos puede resistir la represalia de un Gran Maestro del Cuarto Nivel —comentó Jiang Qi a través de dientes apretados.
—¡No te preocupes! Incluso si el Tío Yuan no puede matarlo, nuestra familia Qiao todavía tiene a nuestro Ancestro. Él es un Gran Maestro del Noveno Grado. Matarlo sería tan fácil como voltear una mano —declaró Qiao Yuanfeng.
—Tengo que agradecerte, señor Qiao. Además, felicitaciones por convertirte en el Jefe de la Familia —dijo Jiang Qi con una sonrisa satisfecha.
