Zhou Tingsen y Jiang Qi iban en un carruaje saliendo de la mansión de la familia Lu, pero no se alejaron demasiado.
Zhou Tingsen preguntó:
—Doctor Jiang, ¿cómo hizo ese niño, Su, para revivir al viejo Lu? ¿Realmente posee una cura milagrosa que puede resucitar a los muertos?
Jiang Qi negó con la cabeza:
—No existe tal cosa como una técnica médica que pueda revivir a los muertos en este mundo. La condición del cuerpo de Lu Changqing era incurable y no exageré cuando dije que estaba al final de su cuerda. Solo hay dos posibilidades si fue salvado.
—¿Cuáles dos? —preguntó Zhou Tingsen.
—Primero, Su Cheng es un cultivador y usó magia de cultivación para prolongar su vida. Segundo, tiene una píldora milagrosa hecha por un cultivador que puede revivir a los muertos. Solo hay estas dos posibilidades.
Jiang Qi, después de todo, era de la Puerta del Agricultor Dios y poseía un vasto conocimiento.
Los ojos de Zhou Tingsen se abrieron al escuchar estas palabras, diciendo: