Los dos cabalgaron sus caballos a través de las extensas llanuras. Después de un tiempo, Su Chengyu tiró de las riendas para detener el caballo. Xu Nanzhi, girando la cabeza, recompensó a Su Chengyu con un beso.
Esta era la vida de sus sueños: cuidar ovejas y cultivar con su amado, llevando una vida tranquila.
Al caer el crepúsculo, Su Chengyu dejó los caballos y, sosteniendo la mano de Xu Nanzhi, subió una colina. De su bolso, sacó una manta, y los dos se acostaron en el césped de la colina, mirando hacia el cielo estrellado.
Xu Nanzhi extendió la mano lentamente, como si pudiera tocar la Vía Láctea. Su Chengyu también extendió su mano, entrelazando sus dedos con los de ella.
Su Chengyu se rodó sobre ella, Xu Nanzhi captó la insinuación. Bajo la resplandeciente galaxia, en las extensas llanuras, celebraron su amor físico.
