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La resistencia de Shu Yu Ge fue feroz. Después de patear a Han Cheng Yun y alejarlo, se arrastró y rodó hacia la salida. Su ropa había sido desgarrada por él, dejando expuestas grandes áreas de su pálida piel. Estaba completamente despeinada.
—¡Ayuda! ¡Alguien ayúdeme!
Justo cuando Shu Yu Ge huía del dormitorio, Han Cheng Yun la alcanzó y agarró de su cabello, provocándole un grito de dolor.
—¿A dónde crees que vas? No te preocupes, después de divertirme, te llevaré personalmente. Aquí estamos en el piso 25, cayendo desde esta altura, si llegas a sobrevivir, ¡considérate afortunada!
Han Cheng Yun arrastró a Shu Yu Ge de vuelta, utilizando los pedazos de tela rasgados para atarle las manos. Shu Yu Ge trató de arrastrarse hacia la salida mientras Han Cheng Yun se desvestía tranquilamente.
